“La sociedad de lo
desechable en la que vivimos ha convertido el periodismo en una fábrica de
textos intrascendentes que derivan toda su importancia de la actualidad, de la
novedad, y que nadie querrá leer mañana”. Esta tesis de William Ospina en “Reflexiones sobre periodismo y estética”, me
parece clave a la hora de hablar o reflexionar sobre los cambios que se han
efectuado en nuestra sociedad actual.
Dichos cambios se confieren
a un modelo de ilegalidad, facilismo, mediocridad, instantaneidad y dispersión
del mundo material e inmaterial del universo cultural de nuestros países. Podemos hablar entonces de lo que Mario Vargas Llosa nos comenta en la
“Civilización del espectáculo”, “si la cultura es puramente entretenimiento, no
importa nada”. Y es que ¿a quién le importa? Cada vez tenemos más información,
más datos, más detalles, más material, más recursos; pero a pesar de esto tenemos mucho menos criterio para relatar la
vida.