El tema de la
identidad nacional forma parte del proyecto de construcción de los estados nacionales
en occidente en el s XVIII al XX. Ese proyecto tenía dos elementos que se
pueden entrar a mirar, por un lado el aseguramiento de la soberanía sobre un
territorio y por el otro el proyecto de la gestión de unas poblaciones. El
territorio se aseguraba la soberanía a partir de unas leyes y el
establecimiento de unas fronteras y por otro lado ese territorio estaba
habitado por unas poblaciones. En el caso nuestro colombiano y en la mayoría de
América Latina las poblaciones son múltiples. Cuando hablamos de poblaciones
hablamos de una multiplicidad. Sin embargo lo que se quiso y es aquí donde
aparece el problema, en este proyecto de nación fue la unidad de la población,
la homogenización cultural de la población, eso es lo que llamamos la nación,
el proyecto de la colombianidad. Se suponía un proyecto decimonónico, del siglo
XIX esa nación y esas poblaciones tenían que compartir unos valores, unos hábitos,
una cultura.
El pueblo como
sujeto de soberanía tenía que ser un pueblo que tuviese una cultura, cultura
que se definió deacuerdo a las apuestas políticas del s XIX desde varios
sectores. Por ejemplo para los
conservadores en el S XIX dicho proyecto tenía que ver con ser católico y
hablar español bien, obviamente no todo el mundo en el S XIX era católico y
hablaba español. Hoy sabemos que Colombia es un país con una multiplicidad de
lenguas. Ese proyecto de nación dejaba por fuera a una cantidad de gente Y a
este proyecto le añadían un tercer elemento ser blancos, porque era un proyecto
criollo, de la elite criollo blanca que había sido muy importante durante la
colonia. En este proyecto quedaban por fuera los indígenas, los afro
descendientes y poblaciones que hablaban
otras lenguas. El proyecto de nación se perfila en el siglo XIX como un
proyecto excluyente, como un proyecto de unificación a partir de unos intereses
políticos muy bien definidos. Entonces que al hablar por identidad nacional uno
debería preguntarse no por que existiese una identidad nacional que no la hubo
y no la hay. La población es múltiple. Se tendría que pensar en traducción de
identidades nacionales, en ciertos regímenes a partir de los cuales se produce
una narración llamada nación. Nación igual narración.
La nación no
es algo que está ahí en las cosas mismas, no es algo como las guayabas que
crecen de los arboles, la nación equivale a una narración. Una narración que es
producida a partir técnicas especificas.
Lo que he venido trabajando en los últimos anos es precisamente en este
proyecto de genealogías de la colombianidad es mirar a partir de qué tipo de regímenes, de tecnologías
de gobierno se han producido en Colombia, narraciones de nación. Después de la
mitad del S XX y en las últimas décadas empieza este proceso llamado la
globalización. La globalización la entiendo yo básicamente como la
planetarizacion de la economía capitalista. No todo se globaliza, se globaliza
un cierto ámbito de la economía capitalista que se presenta como si fuese
universal o la globalización por excelencia. Eso que se globaliza es un
capitalismo de corte financiero, un capitalismo de corte empresarial, lo que
ocurre con esos procesos de globalización que empiezan a dar terminada la
segunda guerra mundial.
Los años
sesenta y setenta son importantes como genealogía de ese proceso de
globalización. La caída del muro de Berlín son hitos importantes en esto de la
globalización, lo que me parece que ocurre aquí es que el estado como maquina
productora de identidades cede su lugar al mercado como maquina productora de
identidades. Hay una tensión entre el estado y el mercado. En donde el estado
va cediendo cada vez más terreno al mercado y el mercado en aquella instancia
que va a generar repertorios de identidades. Asistimos a un paso de la
población hacia el publico la población entendida como habitantes de un
territorio nacional era un proyecto de construcción del estado pero lo que
vemos ahora es que la población no importa tanto, lo que importa son los
públicos. Públicos son aquellos sectores de consumo de la población mundial, ya no solo se trata de Colombia,
Venezuela o Argentina sino del mundo como tal, en tanto que consumidores
universales en esta economía capitalista globalizada.
La gestión de
los públicos a través del marketing, la creación de una sociedad de
consumidores a partir de la creación de mundos, un mundo en el cual la gente
pueda reconocerse, porque consumir no es solo comer cosas. Consumir significa
pertenecer a un mundo, adoptar una manera de caminar, una manera de vestirse,
una manera de llevar el cuerpo. Lo que se
gestiona hoy en día en términos de identidad no es ya la territorialidad, la
pertenencia a un terreno especifico de una nación sino la pertenencia a un
mundo de consumo. El ciudadano empieza a identificarse más con el
consumidor y aquí es donde entran
instancias como la de la patrimonializacion de los bienes inmateriales, el
turismo, una serie de ámbitos que en el proyecto decomonico de la nación no
jugaban un papel importante.
Lo que
llamamos multiculturalismo encaja muy bien en este tránsito del estado hacia el
mercado. Colombia ya no se reconoce, y esta en la constitución, como alguien
que habla español, es católico, blanco y es propietario. Hoy se dice Colombia
es un país multiétnico y multicultural. A mí me preocupa cómo se entiende esto
del multiculturalismo porque me da la impresión de que se entiende como que esa
multiplicidad de gentes se entiendan a sí mismos como gestores empresariales de
su misma cultura. Vamos a incluir en el proyecto a los indígenas y los
indígenas podrían hacer artesanías y los afro descendientes poner un
restaurantico en el centro o gerenciar un proyecto de Bioturismo en el pacifico
colombiano. Es una inclusión desde los otros pero desde un proyecto empresarial
en donde lo que se le pide a los otros es que en actúen su propia cultura, la
pongan en acto; “hagan un performance de su propia cultura” en tanto que
empresarios de su propia cultura, en tanto que gestores.
Y este
lenguaje del compendio de políticas culturales que tuve la suerte de ser nombrado para evaluar el proyecto
políticas culturales del estado. Pero me daba la impresión que en algunos
apartes del documento este lenguaje empresarial y capitalista permeaba algunos
sectores del documento. Los otros vamos a incluirlos pero como empresarios de
si mismos entonces cual es la diferencia de las dos cosas. En el estado
nacional inicial el ciudadano es entendido como perteneciente a una territorialidad,
es un ciudadano territorializado, en el segundo caso el ciudadano es visto como
un ciudadano territorializado pero que está en la capacidad de hacer un
marketing de sí mismo, de sus propios valores, de sus danzas. No es que una
cosa haya sustituido a la otra. Tal vez me expreso mal cuando digo que es un tránsito
del estado al mercado. No es un tránsito del estado al mercado es la
coexistencia del proyecto de nación. Continua vivo esto de Colombia es pasión es el entrecruce del viejo proyecto nacional y
el nuevo proyecto del marketing empresarial de la nación. Pero esas dos cosas están
en una coexistencia, en un conflicto permanente. La colombianidad como
territorialidad y la colombianidad como Marketing se encuentran en un conflicto
que en un panel como este sería importante tematizar.
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