miércoles, 12 de marzo de 2014

[Conferencia] Santiago Gómez Castro sobre Identidad.

El tema de la identidad nacional forma parte del proyecto de construcción de los estados nacionales en occidente en el s XVIII al XX. Ese proyecto tenía dos elementos que se pueden entrar a mirar, por un lado el aseguramiento de la soberanía sobre un territorio y por el otro el proyecto de la gestión de unas poblaciones. El territorio se aseguraba la soberanía a partir de unas leyes y el establecimiento de unas fronteras y por otro lado ese territorio estaba habitado por unas poblaciones. En el caso nuestro colombiano y en la mayoría de América Latina las poblaciones son múltiples. Cuando hablamos de poblaciones hablamos de una multiplicidad. Sin embargo lo que se quiso y es aquí donde aparece el problema, en este proyecto de nación fue la unidad de la población, la homogenización cultural de la población, eso es lo que llamamos la nación, el proyecto de la colombianidad. Se suponía un proyecto decimonónico, del siglo XIX esa nación y esas poblaciones tenían que compartir unos valores, unos hábitos, una cultura.


El pueblo como sujeto de soberanía tenía que ser un pueblo que tuviese una cultura, cultura que se definió deacuerdo a las apuestas políticas del s XIX desde varios sectores. Por ejemplo  para los conservadores en el S XIX dicho proyecto tenía que ver con ser católico y hablar español bien, obviamente no todo el mundo en el S XIX era católico y hablaba español. Hoy sabemos que Colombia es un país con una multiplicidad de lenguas. Ese proyecto de nación dejaba por fuera a una cantidad de gente Y a este proyecto le añadían un tercer elemento ser blancos, porque era un proyecto criollo, de la elite criollo blanca que había sido muy importante durante la colonia. En este proyecto quedaban por fuera los indígenas, los afro descendientes y  poblaciones que hablaban otras lenguas. El proyecto de nación se perfila en el siglo XIX como un proyecto excluyente, como un proyecto de unificación a partir de unos intereses políticos muy bien definidos. Entonces que al hablar por identidad nacional uno debería preguntarse no por que existiese una identidad nacional que no la hubo y no la hay. La población es múltiple. Se tendría que pensar en traducción de identidades nacionales, en ciertos regímenes a partir de los cuales se produce una narración llamada nación. Nación igual narración.

La nación no es algo que está ahí en las cosas mismas, no es algo como las guayabas que crecen de los arboles, la nación equivale a una narración. Una narración que es producida a  partir técnicas especificas. Lo que he venido trabajando en los últimos anos es precisamente en este proyecto de genealogías de la colombianidad es mirar  a partir de qué tipo de regímenes, de tecnologías de gobierno se han producido en Colombia, narraciones de nación. Después de la mitad del S XX y en las últimas décadas empieza este proceso llamado la globalización. La globalización la entiendo yo básicamente como la planetarizacion de la economía capitalista. No todo se globaliza, se globaliza un cierto ámbito de la economía capitalista que se presenta como si fuese universal o la globalización por excelencia. Eso que se globaliza es un capitalismo de corte financiero, un capitalismo de corte empresarial, lo que ocurre con esos procesos de globalización que empiezan a dar terminada la segunda guerra mundial.

Los años sesenta y setenta son importantes como genealogía de ese proceso de globalización. La caída del muro de Berlín son hitos importantes en esto de la globalización, lo que me parece que ocurre aquí es que el estado como maquina productora de identidades cede su lugar al mercado como maquina productora de identidades. Hay una tensión entre el estado y el mercado. En donde el estado va cediendo cada vez más terreno al mercado y el mercado en aquella instancia que va a generar repertorios de identidades. Asistimos a un paso de la población hacia el publico la población entendida como habitantes de un territorio nacional era un proyecto de construcción del estado pero lo que vemos ahora es que la población no importa tanto, lo que importa son los públicos. Públicos son aquellos sectores de consumo de la población  mundial, ya no solo se trata de Colombia, Venezuela o Argentina sino del mundo como tal, en tanto que consumidores universales en esta economía capitalista globalizada.

La gestión de los públicos a través del marketing, la creación de una sociedad de consumidores a partir de la creación de mundos, un mundo en el cual la gente pueda reconocerse, porque consumir no es solo comer cosas. Consumir significa pertenecer a un mundo, adoptar una manera de caminar, una manera de vestirse, una manera de llevar el cuerpo. Lo que se gestiona hoy en día en términos de identidad no es ya la territorialidad, la pertenencia a un terreno especifico de una nación sino la pertenencia a un mundo de consumo. El ciudadano empieza a identificarse más con el consumidor y aquí es donde  entran instancias como la de la patrimonializacion de los bienes inmateriales, el turismo, una serie de ámbitos que en el proyecto decomonico de la nación no jugaban un papel importante.

Lo que llamamos multiculturalismo encaja muy bien en este tránsito del estado hacia el mercado. Colombia ya no se reconoce, y esta en la constitución, como alguien que habla español, es católico, blanco y es propietario. Hoy se dice Colombia es un país multiétnico y multicultural. A mí me preocupa cómo se entiende esto del multiculturalismo porque me da la impresión de que se entiende como que esa multiplicidad de gentes se entiendan a sí mismos como gestores empresariales de su misma cultura. Vamos a incluir en el proyecto a los indígenas y los indígenas podrían hacer artesanías y los afro descendientes poner un restaurantico en el centro o gerenciar un proyecto de Bioturismo en el pacifico colombiano. Es una inclusión desde los otros pero desde un proyecto empresarial en donde lo que se le pide a los otros es que en actúen su propia cultura, la pongan en acto; “hagan un performance de su propia cultura” en tanto que empresarios de su propia cultura, en tanto que gestores.

Y este lenguaje del compendio de políticas culturales que tuve la suerte  de ser nombrado para evaluar el proyecto políticas culturales del estado. Pero me daba la impresión que en algunos apartes del documento este lenguaje empresarial y capitalista permeaba algunos sectores del documento. Los otros vamos a incluirlos pero como empresarios de si mismos entonces cual es la diferencia de las dos cosas. En el estado nacional inicial el ciudadano es entendido como perteneciente a una territorialidad, es un ciudadano territorializado, en el segundo caso el ciudadano es visto como un ciudadano territorializado pero que está en la capacidad de hacer un marketing de sí mismo, de sus propios valores, de sus danzas. No es que una cosa haya sustituido a la otra. Tal vez me expreso mal cuando digo que es un tránsito del estado al mercado. No es un tránsito del estado al mercado es la coexistencia del proyecto de nación. Continua vivo esto de Colombia es pasión es el entrecruce del viejo proyecto nacional y el nuevo proyecto del marketing empresarial de la nación. Pero esas dos cosas están en una coexistencia, en un conflicto permanente. La colombianidad como territorialidad y la colombianidad como Marketing se encuentran en un conflicto que en un panel como este sería importante tematizar.

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